IS THERE, INSIDE YOUR MIND ...

Obsesionada, es la palabra exacta para definir como estoy con esta película/musical/obra y se me acaban los adjetivos para describir esta maravilla cinematográfica. Los que hayan estado más atentos a mi twitter lo verían hace días pero sí, todavía estoy enchochadita -usando la palabra concisa- con todo lo que rodea al Fantasma de la Ópera.


Supongo que cualquier sinopsis de la historia quedaría de más, puesto que todos conocemos la historia de este fantasma que poco tiene de espectro. Y, sinceramente, quien no la conozca ya puede ir mirándose al espejo porque tendrá una diana en la cabeza de mi parte.
Pero no, no seré tan mala e intentaré hacer amena la lectura de este post:
La historia principal transcurre en París, en el magnánimo Teatro de la Ópera donde un supuesto Fantasma tiene aterrorizado al elenco con sus peticiones y actuaciones. 
Así, el Fantasma consigue que su adorada pupila Christine Daáe llegue a lo más alto en la ópera, pero sus intenciones se ven frustradas cuando un antiguo amor de la cantante, Raoul, aparece de nuevo en su vida. 


A mí es una película de esas que me tiraría viendo una y otra vez desde el sofa a cualquier época del año, con una manta y un buen cuenco de palomitas o de helado en su versión más veraniega. Tiene un significado muy profundo, otra versión de la Bella y la Bestia que algunas personas considerarán más realistas que el cuento de Disney: el feo acaba perdiendo. 
Pero aún así, a pesar del demacrado aspecto que se supone que tiene que tener el Fantasma, Gerard Butler esta tan impresionante en esta versión de Andrew Lloyd Webber que a mi no me importaría acabar secuestrada por el Fantasma. 



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