Hoy no. Quizás mañana o pasado. Hoy no es el día en el que hablaré de como me siento, no puedo . Dicen que nunca debemos ponernos límites, que tenemos que creer que el mundo es nuestro para comérnoslo, que debemos tener grandes aspiraciones para llegar más alto de lo que jamás nadie creyó. Pero hay cosas con las que debemos ser sinceros y, ante todo, hay que aprender a dejar de mentirse a uno mismo. No puedo . Pero al menos puedo escuchar música, leer, dibujar, soñar, reír, pararme a escuchar el latido de mi corazón o incluso pensar. Pensar sin que duela. Porque si voy a quedarme un tiempo por aquí, acabaré pintando la oscuridad con algún color más acorde a mi tristeza. Nunca me gusto el gris, siempre preferí un azul desvaído o un blanco roto. Roto, pedazo a pedazo, pequeños y grandes, desiguales . Y quien sabe, tal vez esta no percepción del tiempo no acabe pasándome factura y las cosas vuelvan a ser como eran antes, solo un poco menos desiguales de lo que pe