SERÍA
Ni más ni menos, tan solo exactamente aquello que necesitaría. Nunca fue una persona ingenua, quizás algo inocente pero escasamente la ingenuidad encontraba cabida de manera consciente en su mente. No le era complicado ser práctica, realista, lógica, encontrarle el lado plano a las cosas cuando era necesario que fueran encontrados; lo consideraba un don apenas poseedor de encanto. Ser así no era bonito, al menos no la mayor parte de las veces. Nadie se sentía cómodo cuando debía darse de bruces con la realidad de manera voluntaria, ella por el contrario vivía tan apegada al suelo que la incomodidad venía cuando se tomaba la licencia de imaginar más allá de lo que consideraba apropiado. Y sin embargo no siempre todo estaba ocupado por aquella lógica. Parte de su cabeza tenía un área sagrada, un pequeño espacio donde podía permitirse fantasear cuando la apoyaba contra la almohada y el silencio de la noche la animaba a caminar hacia allí, apenas interrumpido por el canto de l