Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2016

Marina.

Imagen
He visto a aquel muchacho vagando entre las brumas de la estación de Francia, y el nombre de Marina se ha encendido de nuevo como una herida fresca. Todos tenemos un secreto encerrado bajo llave en el ático del alma. Éste es el mío. Así empieza uno de mis libros favoritos, el cual de manera indudable está dentro de mi top 3. Y es curioso porque llevo casi un año en Barcelona y no había acudido aún a la Estació de França, cosa que tendría que haber hecho mucho antes.  No os aconsejo tan solo leer el libro -que es una maravilla-, sino visitar también este lugar si alguna vez os pasáis por la ciudad porque no tiene desperdicio alguno.

Contra mi misma.

Imagen
La manera que tenía el mundo de girar alrededor de mi. La presión en mi clavícula derecha. La postura encogida de mi cuerpo. El dolor . Tan certero, simple, devastador, inexplicable y caótico como el dolor . La incertidumbre.  La asfixia.  Las formas, luces y colores difuminados. El primer pinchazo.  El segundo. El frío.  Las náuseas.  La oscuridad y el pitido que la acompañaba.  La espera.  Y la continuidad de ese dolor , del cual no había manera de librarse.  Más espera. Por supuesto, con dolor . Algún aviso. La compañía. La soledad. El cansancio y los calmantes. Frío, otra vez, pero esta en los pies. El dormir sin saber cuando cerré los ojos. El no saber.  El sin sentido. Cierta calma. Aguanta. Escucha. Asiente. Asimila. Demasiada anestesia. Las voces. La nitidez. El agua. Las agujas. Las bolsas sobre mi cabeza. El ardor de mis venas. Y no, no he olvidado el dolor . No poder estar.  El tirón sobre mi piel. Los finos hilos at

why not.

Imagen
En ocasiones no está mal sentirse mal. Dicen que aquello que nos hace diferente de los animales es el pensar, pero en ocasiones mi convencimiento está en que aquello que nos hace diferente de los animales es el no tener explicación para una serie de emociones que no nos benefician y que, sin embargo, en muchas ocasiones son un desahogo, una habilidad para poder reconocer las cosas cuando vayan bien. La melancolía es algo natural, no solo en nosotros los seres humanos, sino en los animales también. Cuando un animal es separado de su hábitat natural para ser llevado a un zoo, estos siempre mostraran un aire más desanimado y triste debido a la melancolía por el hogar que padecerán. Y los seres humanos no somos menos. Incluso aún cuando seguimos nuestros deseos más profundos de ver lugares nuevos, de experimentar cosas en otras ciudades o países, de pasar por experiencias que en el confort del hogar familiar no se pasarían nunca, incluso en todas aquellas situaciones habrá una pequeñ