LOS SUSPIROS LE EMPONZOÑAN EL ALMA
Porque le mira y se pregunta quién ese que le devuelve la mirada, estoicamente, como si en realidad fuera invisible y sus ojos la traspasaran. No es como cuando le registra hasta la última célula de su cuerpo, sino que simplemente la traspasa y ve lo que hay tras ella, la pared y cualquier objeto que se ubique a su espalda.
Y es entonces cuando ella se pregunta si ha de estar desnuda para que la vea,
no para que la mire.
Reprime uno, dos, tres, nueve y catorce suspiros, uno tras otro, preguntándose si alguna vez dejara de suspirar de anhelo, de ganas reprimidas porque la empotren contra una mesa y la violen con su consentimiento. Una, dos, tres, nueve y catorce veces.
Y que así se lleve todo ese veneno que crean sus suspiros reprimidos.
Comentarios
Publicar un comentario
Déjame tu opinión y/o comentario, lo agradeceré enormemente :)