LITTLE GIRL
Pequeña.
Más de lo que debería pero menos de lo que realmente le importa. Engaña, nada más verla te está mintiendo y aún no te ha mirado con esos ojos que te gritan Voy a arrancarte la ropa y a dejar que me empotres contra la pared más cercana. No, aún no te ha mirado pero ya te está mintiendo. ¿Cómo? Fácil: es lo que parece.
No hay un fondo oculto detrás de cada corazón y par de huevos que destroza con sus tacones, no hay un sentimiento de soledad que la lleve a recorrer un bar tras otro hasta que el día amanece, no hay una justificación sentimental en cada calada que da a sus cigarros. No hay explicaciones; ella es así, mala. No, no es mala, es extremadamente buena en ser malvada. Es su esencia, emponzoñada y repleta de bilis, ropa interior negra y prendas demasiado ajustadas que siempre te harán imaginar.
—Creo que te he visto antes. Siempre sola, bebiendo y fumando como si el mundo fuera a acabar mañana.
—No, esa no soy yo. Será una de tantas putas a las que te acercas esperando que te calienten las pelotas, pero no soy yo, cariño.
—Demasiado ruda. Eso es señal de que escondes algo, preciosa.
—¿Y serás tú el caballero de brillante armadura que venga en su corcel a rescatarme? Ahórrate el viaje, Sir Lancelot, ya me he tirado a toda la Mesa Redonda y ninguno aguantó dos asaltos conmigo. Búscate otra, alguien a quién no le importe mancharse las manos machacándotela.
Quién avisa no es traidor. Es mala, ya lo has visto.
Tiene el ROCK inyectado en las venas, palpitando junto a su negro corazón vestido con tacones. No es que quiera que la salven, es que no lo necesita y ese el tipo de mujer más peligroso con el que jamás podrás encontrarte.
Porque te atrapará.
Te atrapará tan fácilmente entre sus medias que creerás que sus piernas no tienen fin, tan arriba hasta donde acabe su falda. Minúscula. Te preguntarás en qué momento de la noche conseguiste tenerla en tus manos, pero será ella quién te haya atrapado con sus uñas pintadas de rojo, igual que el carmín de sus labios que mancha tu boca. Creerás que eres tú quien te la estás tirando, pero en realidad ella es quien te hace el amor, lenta, tan salvajamente que desearías estar muerto. Y morirás y cuando despiertes seguirá a tu lado, porque nunca se levanta antes de las once y no madrugará para echarte de su cama. Te hará caer en su trampa, te hará creer que puedes salvarla de todo, de la noche, de las luces de neón, de los cigarros, de las botellas vacías que apila en un rincón de su habitación y de los sujetadores colgando de la puerta;
te equivocarás.
Ella seguirá siendo la chica mala, porque es demasiado buena en ello como para ser otra cosa.
Seguirá dejando que la veas, seguirá dejándote entrar en su cama incluso. Pero jamás conseguirás saber donde empieza su negro corazón después de comprobar que sus piernas no tienen fin.
Sigo alucinando en colorines. Como puedes hacer esto? 0.0
ResponderEliminarEl dialogo genial xD
Bueno, las chicas malas también tienen su encanto ;)
EliminarY puedo hacerlo en esos momentos puntuales de inspiración que me vienen de vez en cuando x)
Deliciosamente mala. Todas deberíamos esconder un poco de ella en nuestras bragas. Nos iría mucho mejor...
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