SIN RELLENO PARA EL CEREBRO

Y luego se extrañan de que tengamos la cabeza llena de sueños inalcanzables y el estómago repleto de mariposas. 

Blancanieves vivía en una cabaña en mitad del bosque con siete enanos y esperaba que el príncipe, por arte de esa magía que hay en los cuentos, la encontrará sin ayuda de un mapa. Cenicienta podría haberse quedado como criada de la bruja de su madrastra si no llega a ser porque unas ratas la ayudan a escapar, sobra decir que el príncipe ni siquiera acudió en persona a buscarla. Alicia siguió a un conejo blanco que ni siquiera se digno a darle los 'Buenos días'. Wendy voló hasta Nunca Jamás y regreso, el motivo nadie lo sabe pero suponemos que odiaba compartir a Peter con Campanilla, aunque jamás lo admitió. Aurora dejo que le dijeran que debía casarse con el príncipe Felipe mientras el hombre de sus sueños acudía a la cabaña del leñador. Ariel abandonó a su familia por un chico al que conoció en un naufragio y que para colmo se fue con la primera bruja que lo encandiló. Nadie era lo suficientemente bueno para Bella, ni siquiera la Bestia hasta que se convirtió en el príncipe ideal. Con Jasmine más de lo mismo, asesinan al joven que la ayudó en el mercado y solo es capaz de, como la mayoría, quedarse llorando. Y Pocahontas esperó hasta el último momento para plantarse delante de su padre y luchar por el amor de su vida, amor que cambió cuando apareció otro. Esmeralda iba bien hasta que al final se demostró que necesitaba ser salvada, algo contra lo que supuestamente luchó toda su vida. Mégara mentirosa compulsiva, rastrera y manipuladora, al final se queda con el semidiós, ¿qué ejemplo nos da eso? Pero esperad, que Mulán salvó a todo un imperio y su chico le dice 'Bien peleado'. Por lo menos el resto de hombres tenía un mayor repertorio que justificase que cayésemos en sus brazos cual tontas sin sentido. 

Y la lista es larga aún, que nadie crea que no tengo grabado a fuego los nombres de mi infancia y NO infancia a fuego en el cerebro. Es por eso por lo que la mayor parte del tiempo no tengo espacio para nada más, solo para florituras de cuentos de hagas que no dejan más relleno para el cerebro que aventuras en las que se demuestre que el amor verdadero existe, aunque vete tu a saber donde. Wait, I know. 

Lo bueno es que, aunque esas historias de amor de antaño nos enternezcan más que nada, las chicas buenas ahora buscan a sus príncipes escondidos en los chicos rebeldes, buscan vivir sus propias aventuras antes que encontrar el amor. Que ya les llegará por el camino, pero que, a veces, no es lo principal.