CANCIONES DE OSCURIDAD

Ella es el lado turbio de la oscuridad.

La trampa esta en que aparenta. 

Aparentemente, ella es dulce e inocente, la típica niña buena que se escapa de casa una noche para salir con sus nuevos amigos no adecuados, vestida con sencillez para no destacar y con una sonrisa en la comisura derecha de sus labios que se desliza como el comienzo de una canción. 

Pero lo tiene todo controlado, cada paso que da entre adoquines desgastados, cada trago que bebe de ese vaso que le han pasado, cada mirada de reojo que posa entre la gente que baila en este pequeño patio oculto entre las sombras de una noche sin estrellas. Luna llena. Espera y acecha, aparentemente intentando encajar cuando esta en su terreno; es él quien sin saberlo cae de lleno en su juego, quien la observa y cree poder ser capaz de conseguir que la niña buena se desmelene, cree poder ser capaz de hacerla beber hasta que crea que las estrellas bailan con ella y cree poder ser capaz de llevársela a la cama para hacerle pasar toda una noche de sexo sin control para conseguir colarse en su corazón. 

Cree poder ser capaz de adueñarse de algo que no existe. 

No sabe que debajo de esos vaqueros sencillos y esa blusa lleva lencería de encaje negra, ni que esas uñas pintadas van a juego con el carmín de los labios que esta noche no se ha pintado. 

No sabe que el nº 7 es su favorito ni que odia que intenten llegar hasta ella tanto como odia los calcetines. 

No sabe que es capaz de arrancarle el corazón a cada uno de sus amigos, lentamente, disfrutando de la sensación de controlar todo lo que ocurre a su alrededor y del poder que le confieren esas largas pestañas espesas. 

No sabe que es totalmente libre, negra como la noche, ni que ella es quien debe decidir cuándo, dónde, cómo, por qué, qué comemos y a qué hora nos acostaremos; metódica en su desenfreno, sin un orden lógico en realidad.

Y tampoco sabe que es oscura, tan oscura que destaca entre todo lo podrido que tiene el mundo, tan negra que brilla entre el abismo que hay abierto en su pecho, abismo que cuenta una historia que se ahoga entre un mar de alcohol, música y palabras grabadas que se cuelgan de su cuello.