HEARTBEATS

Pumpum, pumpum, pumpum .... Pum.
Es extraño esa cualidad que tienes para detener mi corazón. Ese preciso momento en el que mis ojos consiguen encontrarte entre la multitud y mi corazón no da un vuelco, sino que, simplemente, se detiene. Sin más, dejándome sin aire, sin gravedad y sin nada a lo que sujetarme antes de sonreír de esa forma que me delata, desarma y desnuda ante ti. 
Porque lo sabes y sé que lo sabes. 
Sé que me has observado durante años, que conoces el momento exacto en el que consigues hacerme brillar, como si bajaras una estrella del cielo para vestirme con ella. Sé que sabes que nunca sonreí de la manera que tú me haces sonreír hasta que no lo hice para ti, ya que nadie fabricó esta sonrisa mejor que tú. Y por supuesto sé que he sido demasiado obvia, que te percataste en el acto del momento en el que cambie mi peinado o me puse unos vaqueros más estrechos, del momento en el que mis labios comenzaron a colorearse o mi piel comenzó a desprender un sutil aroma a vainilla. 
Lo sé y lo sabes. 
Y no me importa, ni te importa. 
Porque he aquí el quid de todo, tú quieres que lo sepa. Quieres hacerme saber que eres ÉL, ese del que mi madre me preguntará, al que mi padre odiará y al que mi hermano pequeño chinchara. Quieres dejar claro que, sin siquiera tocarme, has dejado tu huella en mí de una manera puramente egoísta y malévola;  vamos, aún era una niña cuando te conocí y aún tenía muchos juegos a los que jugar. Pero eso nunca te importó y supongo que a mi tampoco, al final. Porque primero fui eso que querías tener, pero después me convertí en algo que nunca querías perder. 


Curiosa la manera que tenemos de adueñarnos de algo que no es nuestro, de fijarnos en una persona y decidir sin saberlo que formará parte de nuestra vida para siempre. Y curiosa la manera que tienes de cogerme el corazón y manejarlo a tu antojo. 
Pero no importa, ni te importa. 
Porque sé que al mismo tiempo soy yo quien te coge el corazón, quien provoca que se detenga con solo una mirada. Y no me hicieron falta ojos grandes o largas pestañas, no, todo fue mucho más sencillo cuando cruce la calle y me viste, dándote cuenta de que sería esa a la que siempre querrías tener y nunca querrías perder. Lo sabías sin saberlo, de la misma forma que sabías que crecer conmigo sería lo peor que podría ocurrirte nunca. 
Porque entre mis vaqueros estrechos, mis labios pintados de rojo carmín y mis altos tacones conseguiría hacerte saber que tu corazón, ese que aparentemente no tenías, esta tendido  a mis pies sin que puedas remediarlo. 
Y eso es lo que importa al final, que tú seas yo y yo sea tú, que sea tan fácil como simplemente mirarte y sonreír.

Comentarios

  1. Cada día que me da por mirar esto me doy cuenta de que escribes de una manera que más quisieran muchos. Me gusta muchísimo esta entrada, Laura. SDFGHJKLSDFGHJKL te lo resumo en eso <3

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    1. Calla niña que me pongo tímida :$
      Dejad de halagarme por Dios x)

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