DEPORTE NI DEPORTA

Siempre se ha dicho que los lunes son los días perfectos para iniciar cosas, algo que yo no entiendo, así que la noche del domingo es la noche perfecta para pasarte las horas pensando qué vas a hacer al día siguiente una vez te has metido en la cama y esperas a ese billete diario al mundo de los sueños.

Así básicamente me encontraba anoche, 2:00 de la madrugada (cofcoftrescofcof) y contando las horas que me quedarían para despertarme a las 9:00, una hora razonablemente perfecta para desayunar, hacer algo de deporte, ducharte, limpiar y tener el resto de la mañana libre para estudiar.

Pretensiones

Pero queridos amigos, la realidad dista mucho de que acabe siendo una persona que se levanta temprano, desayuna, hace deporte, etc etc -Por favor, ya os he soltado el rollo, no me dejéis repetirme- sino que más bien alguna de las polaridades naturales del planeta en el que vivimos a mi me ha de afectar de manera inversa, ya que mi mañana ha sido más bien: 

—Despertarme a las 9:00 (por obra del querido despertador que tanto ODIOamo).
—Apagarlo, porque para qué despertarle tan temprano si puedo dormir una horita más, las 10:00 sigue siendo una hora decente para mover el culo y hacer todo lo que te has propuesto. 
—Despertarme a las 10.00 (adivinad gracias a qué otra vez).
—Decidir que fuera de la cama hace mucho frío y que el sueño que estaba teniendo es demasiado interesante como para posponerlo todo un día, por lo que pospongo otra vez la alarma como media hora y vuelvo a dormirme. 
—Despertarme a las 10:30, pero saber que aunque ya está bien de dormir, debo quedarme en la cama un poco más a disfrutar de la tranquilidad de poder revisar mis redes sociales sin que tenga prisa alguna. 
—Levantarme diez minutos de la hora prevista final (diez minutos, no hora y cuarenta sabes) para proceder a lavarme la cara y vestirme con ropa de casa, ojo, porque ya a las once menos algo para qué voy a hacer deporte, no es hora, no pega, no se ajunta.
—¿Desayunar? Eso es de personas normales. Lo mío es limpiar, dejarlo todo listo antes de sentar mi enorme culo en el sofá y decidir meterme entre pecho y espalda lo que viene siendo un desayuno normal de tostadas y café al mismo tiempo que pongo en la televisión la segunda temporada de Fringe porque ya está bien también de posponerla.

He aquí la prueba gráfica de mi crimen, todo en mi instagram porque es un sitio para gordos

Claro. Llegados a este punto se han hecho las doce menos cuarto de la mañana y tú te preguntas

"Laurita, ¿dónde quedó esa pretensión de madrugar y ser una persona a hechas con lo que te propones?"

A lo que curiosamente solo sé responder: 

"La almohada me chupa las pretensiones".

PD: Como es habitual y propio de una joven de veintiequis años, una siempre encuentra excusa para decir que si no se ha hecho nada en esta mañana tan brillantemente productiva, es por el sencillo hecho de poder disfrutar de tener la casa para ti sola. 

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