INTENTOS CULINARIOS

No soy una persona dada a la cocina. No me gusta, no se me da bien, no se lleva con mi patosismo natural para acabar sana y salva después de preparar algo.
Usualmente, mis manos siempre encuentran motivos para acabar cortadas, quemadas, machadas, pilladas contra puertas, etc cuando decido hacer uso de mis escasos conocimientos culinarios JAJAJA y preparar algo que resulte comestible. Ojo, no soy algo nulo en la cocina, pero aprender a hacer pasta a los quince no se compara a aprender a hacer un huevo frito a los veintidos.


Yendo al meollo del asunto, esta semana me dio por querer hacer galletasY quien dice esta semana dice que llevaba desde Diciembre intentando que mi madre aceptase a comprarme un tarro de Nutella, un tarro, ya me diréis qué tiene de especial—, así que me puse a ello.

Se trataba de algo sencillo y claro:
—Un vaso de Nutella.
—Un vaso de harina.
—Un huevo

Tres ingredientes, echar todo en un cuenco el huevo sin cascara, que nos conocemos—, remover hasta conseguir una masa uniforme mientras el horno se calienta a 180º, poner pequeñas bolas de la masa sobre papel vegetal en la fuente o bandeja a meter en el horno y aplastar un poco, no mucho para que no se quemen, meterlas 10 minutos en el horno y dejar enfriar después a temperatura ambiente.



Pues el resultado no fue muy dado a probarlas, porque cateta yo de mi pueblo, ocurrió qué:

—Huy, esto está muy seco. —Mientras removía la masa para mezclar los ingredientes—. ¿Qué puedo hacer para que no esté así? Ya sé. —Añade un segundo huevo.

Si. Un segundo huevo. Podéis matarme.
Claro, yo en ese momento e ignorante de mi, desconocía completamente que si la masa está húmeda, se va a despegar una mierda bien poco de tus manos cuando intentes hacer las bolitas de esta, por lo que verme añadiendo más harina y moviendo la masa durante hora y media más para que se mezclase todo antes de dejarla una media hora a secar para poder intentar meterle mano fue un show.

Primeros intentos nunca fueron buenos.

NOTA: Acabé con una pequeña herida en la palma de la mano. Quien diga que cocinar no mata, ejem.

NOTA2:

Acabaron saliéndome como que me llamo como me llamo. Con un toque de levadura, infladitas y tan ricas que en apenas una tarde se acabaron. 

Comentarios